viernes, 18 de enero de 2008

Adiós con el corazón... - 26 de Noviembre a 2 de Diciembre

Hola queridos lectores, después la semana maravillosa de juergas con mis amigos, aún me quedaría un día más con ellos, que dedicamos a hacer un mini viaje.

Ese lunes nos levantamos "temprano" para coger el DART (cercanías) e ir a Howth, un pueblecito costero no muy lejano. Cuando me reuní con ellos en Connolly Station, me contaron que habían visto esto por el camino, desde luego poco usual por Dublín...


Ya en la estación, sacamos nuestro billete y esperamos un rato a que llegara el tren. Como podéis ver en la foto, ese día nos dimos un madrugón tremendo para aprovechar el día.


Ya una vez en el tren, aproveché para seguir leyendo el último libro de Harry Potter (con el conseguido repaso de mis amigos), y en cosa de una media hora (creo recordar) llegamos a Howth.


El pueblo es muy tranquilo, con poco tráfico y muchas casitas y caserones de gente rica. Supongo que mucha gente de Dublín tendrá sus casas allí para aislarse un poco de la muchedumbre de la gran ciudad. En este pueblo también se puede comprar pescado fresco, algo no muy usual en Irlanda por lo que me han dicho; aunque nosotros no compramos.

Dimos nuestra vuelta por la línea de la costa. Había poca gente por allí, supongo que el pueblo es tranquilo y si a eso le sumamos que era Lunes, pues conseguimos ser unas de las pocas personas rondando por allí, aunque tampoco estábamos solos.


Después quisimos subir a lo alto del monte, donde nos habían dicho que hay unas vistas chulísimas.
Así hicimos, empezamos a andar por una buena cuesta; hicimos una parada en la iglesia del pueblo, que estaba mu chula y seguimos subiendo; todo esto mientras algunas del grupo no paraban de preguntar dónde había una cafetería para tomarse el café irlandés de rigor.

Las cafeterías no abundaban precisamente por la cuesta, así que seguimos subiendo cuando de repente tuvimos una baja, nuestra amiga "propensa a cansarse" nos dejó en mitad de la subida, mientras el resto del grupo proseguimos la subida hacia la cima. Por supuesto no llegamos al final xD, pero valió la pena subir por las vistas:


Al rato bajamos, recogimos a Victoria y fuimos a coger el tren para dirigirnos a Malahide, y poder ver su famoso castillo.

Cuando llegamos a Malahide nos llovió un poco, pero no te extraña viendo lo verde que está todo. Incluso acostumbrado a estar en Dublín, te llamaba la atención lo verde que estaba todo. Después de una buena caminata llegamos a la puerta del Castillo de Malahide.


Por supuesto entramos dentro y vimos hasta el más mínimo detalle, que para eso habíamos pagado :P. Por cierto que entramos con precio de estudiante, y mira que la tía ni miró si teníamos carné de estudiantes ni nada. Si es que estos irlandeses son unos buenazos.

Pues el día no dio para mucho más, sólo para ya en Dublín ir a tomarnos el famoso café irlandés, ya que estábamos reventados después de la pechá de andar que nos habíamos dado durante el día.
Así que acabamos el día en el piso del Temple Bar, de charla con los primos de Dumi, hasta que se hizo un poco tarde y me despedí de ellos, ya que tenían que coger el avión muy pronto.

Y aquí acabó la visita de mis amigos a Dublín, con un montón de buenos recuerdos y con la despensa llena de comida y bebida que me trajeron (todos los agradecimientos son pocos).

A partir de ahí, la semana fue muy, pero que muy tranquila. Me la pasé la gran mayoría acabando el libro de Harry Potter. Ya sé que pensaréis que soy un friky, que si estaba to el día leyendo... Pero es que yo como coja un libro lo tengo que acabar lo antes posible, no soy de esos que tienen un libro para leer un rato antes de dormir. Yo cuando un libro me gusta, me engancha y no puedo parar hasta que lo acabo.

De todas formas esa semana trabajé dos días. Fueron de los días más tranquilos de trabajo que había tenido hasta el momento. Pero bueno, con lo que trabajé las dos semanas anteriores había tenido más que suficiente para vivir, así que no me venía mal una par de semanas tranquilitas.
También es verdad que me empecé a cagar en la madre del polaco que me llama para darme días de trabajo, porque esta semana sólo trabajé 10 horas, y la siguiente no es que se portara mucho mejor...

Aunque eso tendrá que esperar a la próxima entrega, que aunque me salga un poco larga contaré ya hasta el final de año en Dublín.

Hasta la próxima!